«Un sasso che rotola sempre non si ricoprirà mai di muschio»

Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar – Salvador Dalí – 1944.

Acabo de colgar en la pared de mi nuevo hogar, una lámina de papel con un libre y maravilloso colibrí. Pues, he vuelto a querer compartir algunas emociones y pensamientos aquí.

Un acto sencillo que trae consigo mucho poder y mucha magia. 

Encontré el dibujo en una caja donde puse la mayoría de las joyas que me regalaron mis viajes por Argentina, Uruguay y Brasil. Percibo la casa como nuestro templo entonces, 

¡ Había que llenarla aún más de energía ! 

En la cosmogonía precolombina, el colibrí adquiere muchos significados. 

Es un mensajero de buenos deseos y guardián del tiempo; es capaz de volar hacia atrás y transcurre su tiempo bebiendo el néctar de las flores así que saborea cada momento. Es dinamismo, vitalidad, alegría y belleza. Estas hermosas aves están asociadas a la independencia y nos enseñan a luchar de una manera donde no se hace daño a nadie. 

Generalmente el aleteo del colibrí en sus movimientos dibuja un ocho, símbolo del infinito, de la eternidad y continuidad. 

De repente, me llega un mensaje de un amigo muy querido que vive en Canarias y que está viajando en su moto, para llegar de ahí a Italia. En la conversa, le sale esta frase: “Un sasso che rotola sempre non si ricoprirà mai di muschio” y contenta, le agradezco para recordarme una vez más el entusiasmo que se siente en querer siempre progresar, trazando nuestro propio camino y asombrándonos a cada esquina. 

¿ Y las raíces ? Son fundamentales y nos acompañan y lo harán siempre, pese a que sigamos explorando, escuchando al otro y abriendo alma y corazón.

Para concluir, os dejo con una emblematica frase de Che Guevara “Hay que endurecerse pero sin perder jamás la ternura”.

Espero que lleguen voces en respuestas a estas palabras…

Os agradezco mucho y os deseo…

¡ Felices sueños !

e…buona festa della Liberazione!

Con mucho amor y chispa.

Sarita.

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