
¿A alguién le pasa que se despierta por la mañana ya sabiendo que está atrasada o atrasado?
Pues, a mí sí.
Sin querer recorrer a ningún tipo de retorica sobre lo que se debería hacer y lo que no, me gustaría reflexionar sobre esta ansiedad de ser siempre super eficiente y sobretodo tenerlo siempre todo controlado.
Por un lado es verdad que cuando hacía meditación a las 6 de la mañana, una vez por semana, durante la pandemia, de manera grupal y con una maravillosa mujer madrileña, los días empezaban con una energía distinta.
Por el otro, por suerte, hemos reconquistado la libertad de salir, trabajar en otro lugar que no sea nuestra casa, vernos con amigas y amigos y muchas otras cosas más. Entonces quizás el punto de la cuestión, tan simple como complicadísimo a la vez, por lo menos para mí, es saber cómo gestionar el tiempo.
Me estoy dedicando a mi mayor pasión, un Doctorado sobre la mujer, escritora y pintora a la vez, que hace muchos años me cautivó. ¿Las razones? Muchas. La principal: su fuerza, su valentia, su vivida imaginación. Supo trazar su propio camino ella sola, desafiando muchas reglas impuestas en su epoca y se construyo, pese a muchísimas dificultades, el mundo que quería, rodeándose de amigos sinceros, viviendo de arte y literatura. Fue autentica a si misma.
Un trabajo doctoral es una labor intelectual que aparentemente no tiene fechas para respetar, por lo menos diarias. Tu misma te pones objetivos para alcanzar así que la motivación debe estar a tope.
Es un dialogo con las fuentes que vas a consultar, una continua interpretación y elección y en primer lugar es una conversación contigo misma. Por cierto, vas a tener que seguir una metodología que de manera científica y objetiva va a postular, elaborar y justificar una tesis, pero tu punto de vista ahi está. Continuos interrogantes se plantean en tu mente y se materializan en la pantalla delante de ti.
Continuas epifanías también, descubrimientos precioso no solamente en mi caso en relación con mi artista sino conmigo misma. Es una investigación, por antonomasia se trata de encontrar hallazgos.
Ese trabajo no siempre es tan comprensible para los demás. Hablando con una colega, ella me decía que muchas amigas y familiares le decían que no estaba haciendo nada, es decir «solo estás leyendo o escribiendo cosillas de vez en cuando» menospreciando su elección que tanto le había costado.
Hace pocos días en Valencia, conocí a una mujer que me cayo enseguida muy bien, de gran energía positiva y muy intensa a la vez, Kamilla, una artista holandesa que justo me habló de sus obras y exhibiciones y una en particular me llamo la atención. Se basaba en los estigmas, las etiquetas que se ponen sobre las personas y las consecuencias que pueden derivar de este acto tan cobarde y desagradable. Me regaló un DVD que me gusto mucho, titulado «Woman» y algunas cartulinas como esta aquí abajo, donde ella misma tiene pegadas en su cuerpo etiquetas que le pusieron por ser artista:

Nada en la vida debe ser temido solamente comprendido, pues ahora es el momento para comprender más y temer menos.
Marie Curie
Agradeciendo siempre…me despido.
Con mucho amor y chispa,
Sarita.
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